Muchas veces, en nuestro afán por preocuparnos del espacio de visitas, de lograr un lugar de trabajo agradable, de unificar utilidad y decoración en la cocina, de organizar nuestra habitación para tener un buen descanso, etc.,
se nos olvida buscar un rincón donde poder descansar y aislarnos del resto de las tareas diarias.
En mi caso busqué organizar un pequeño rincón de lectura en el que coloqué unas estanterías con mis libros preferidos,
un buen sillón donde poder descansar la cabeza y apoyar los pies en el suelo y cerca de una cristalera para que entrara luz natural.
Cada persona tiene su
propia manera de relajarse y de sentirse cómodo, así que cada uno deberá amoldar su espacio a sus gustos de ocio. Por ejemplo, una de mis amistades le gusta hacer puzzles, así que tiene una mesa enorme donde poder colocar el tablero y organizar las fichas para localizarlas mejor.
Otra le gusta
elaborar pan, así que se ha organizado un rincón donde tiene sus harinas y demás ingredientes para utilizar en la elaboración de la masa y una mesita donde poder amasar tranquilamente y dejar levar la masa.
Pintar, bricolaje, jugar al ordenador o pelimaníacos
Si tus aficiones tienen que ver con
trabajos manuales deberás organizar un mayor espacio para colocar una mesa de trabajo o un caballete, además de tener un armario donde guardar todas tus herramientas.
Si, por el contrario, tus predilecciones van más por cosas relacionadas con
un sofá y una pantalla, deberías plantearte montar un buen espacio de relajación para disfrutar cómodamente. Teniendo en cuenta la distancia adecuada entre la pantalla y la vista para que no se produzcan molestias.
Alejarse de los problemas
Cuando se vive sólo, crear tu espacio personal es muy fácil, lo difícil es conseguir crearlo cuando se comparte la casa con la familia. Sin embargo, hay que intentar buscar la manera de hacerlo para poder tener un
espacio donde descansar y acordar con el resto de la familia que mientras se está en ese lugar no se puede molestar a la persona.
Esta escapada de nuestras tareas cotidianas tienen mucho de
higiene mental, muy necesaria en estos tiempos tan estresantes en los que vivimos, en los que la prisa es la dueña de todo.
Recargar las pilas mentales
Parar un poco, respirar, sentir que somos dueños de unos
momentos para nosotros mismos es fundamental a la hora de poder enfrentarse a todos los problemas con los que hay que batallar continuamente.